26 mar 2012

La calle habla.

La calle habla. Este concepto, de la calle como agente activo en la comunicación social, no es una simple consigna post-modernista, fomentada por el espíritu de los movimientos hippies, raperos, urbanos o indignados. Es una idea mucho más amplia, que convierte a los espectadores en actores.
La calle, como espacio de relaciones, de encuentros y despedidas, de juegos y quedadas, se fue convirtiendo en un desierto humano, donde los coches invadieron casi todo, donde las aceras se achicaron y los árboles se sustituyeron por farolas.
Pero ahora queremos recuperar el espacio de encuentro para la ciudadanía, el espacio cívico que conforman las avenidas, el asfalto, las plazas y los parques. Es el momento. Es la manera de recuperar los huecos que han dejado una gestión desenfrenada, sin objetivos claros, basada en la subvención y en el capricho, en el centralismo.
Poner el arte en la calle, a los pies del viandante, es un ejemplo de ello. Es acercar los procesos artísticos al ciudadano. Es la democratización del arte, la puesta en escena de una manera de entender la gestión cultural, alejada de los despachos y las programaciones en los circuitos habituales. Es la humanización del producto cultural, donde dejamos de ser agentes pasivos y nos convertimos en productores vitales de las obras, para hacer que estas cobren un nuevo valor cada vez que nuevas miradas deciden pararse por unos minutos a escuchar, mirar, moverse… en definitiva, a participar.

19 mar 2012


Nunca hubo tanta música...

Nunca hubo tanta música. Nunca tuvimos tantas posibilidades de escuchar melodías, estrofas, silencios. Nunca estuvimos tan cerca de la composición, de la creación. Nunca las herramientas estuvieron tan a mano, tan asequibles y accesibles. Nunca la música fue tan necesaria.
La música es la fotografía sonora de cada momento. Es el óleo de la vida. Marca el ritmo vital, denuncia, acalla, sostiene… Es música. Simple y llanamente, es música. Nos distinguimos por la música que escuchamos. Nos unimos para saltar y sudar alrededor de un escenario. Nos une la música igual que nos separa, pero ese hecho, la hace aún más importante.
Acústica, underground, house, reggea, rock, funk, barroca, garage, renacentista, golpel, folklórica… y un sin fin de estilos con los que mostrarnos una visión del mundo y respondemos a muchas de las preguntas que el hombre se hace constantemente.
Y en la actual jungle sound, que va desde el vinilo al Spotify o al mp3, convive también la Banda Municipal de Telde. Un grupo de músicos que saben que tras sus espaldas descansas más de 100 años de historia musical de nuestro municipio. Pero esa circunstancia no les provoca ningún vértigo; más bien todo lo contrario. Además de cubrir aquellos actos más tradicionales y populares, se arriesgan con nuevas propuestas; como por ejemplo: el Proyecto Ensáyate, los Conciertos Escolares, los cuentos musicales de Navidad o nuevas ideas como los Cartoons-Music, Músicas de película o el taller #ellostocan #yodibujo que nos ofrecerán próximamente en el evento #primaverarte 2012
A pesar de la merma de integrantes en estos últimos años y de los infortunios económicos que nos marcan una hoja de ruta sin sobresaltos, la Banda Municipal de Música se reinventa a sí misma con una actitud camaleónica y un espíritu inconformista que les hace, sin lugar a ninguna duda, en unos de los activos musicales más emblemáticos de nuestro municipio.
Nunca hubo tanta música… en Telde.

                                                                                 Daniel Martín Castellano.         Director de Gobierno de Cultura y Ocio.        
                    

Las Universidades Populares, apuesta de futuro.


Las Universidades Populares, apuesta de futuro.

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Published on: March 11, 2012
Las Universidades Populares nacieron en Francia a finales del siglo XIX con el objeto de formar “a la clase proletaria del futuro”. Desde entonces se han extendido a lo largo de todo el mundo y prácticamente han mantenido intacto sus principios fundamentales. Abrieron la puerta de la llamada “educación no formal” que, alejada de los espacios académicos reservados para tal fin, procuran lugares de desarrollo personal, cultural, artísticos, etc.
En el congreso de las Universidades Españolas, celebrado en el año 2000, redefinían el concepto de UU.PP.: “las universidades populares son un proyecto de desarrollo cultural que actúa en el municipio, cuyo objetivo es promover la participación social, la educación, la formación y la cultura, para mejorar la calidad de vida de las personas y la comunidad”.
Se conforma pues, un espacio para los ciudadanos que reclaman una formación personal permanente en diferentes ámbitos.
La Universidad Popular de Telde se enfrenta al reto de llegar a los mayores segmentos de la población del municipio y de ofrecer una programación que tiente a cualquier ciudadano a construir activamente su itinerario formativo. La propia geografía de nuestro municipio y la falta de espacios específicos, dificulta que seamos capaces de llegar a más ciudadanos, pero esto no debe ser excusa para pongamos todo nuestro empeño en diversificar la oferta con la mayor calidad posible. No se trata de ofertar cursos, talleres, etc., con un criterio arbitrario, sino de dar respuestas a las demandas sociales y personales de colectivos e individuos.
Proyectos, como la reciente creación de las Aulas Activas de Formación o futuras iniciativas relacionadas con el año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional, o convenios de prácticas con alumnado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, o el voluntario cultural, etc., demuestran que la realidad habla y la Universidad Popular de Telde escucha, y eso es, como mínimo, lo que se le debe exigir a una administración pública.